En 2005 salió al mercado la primera versión del Magic Cube de la empresa Celluon, aparato capaz de proyectar un teclado sobre una superficie lista y llegándose a comportar como un teclado tradicional. Este invento llego a pasar desapercibido, pero ahora llega Displair, una pantalla que abre una nueva era en la evolución de las tecnologías visuales con la proyección de imágenes translúcidas, permeables e interactivas en el aire.
Displair consiste en un dispositivo revolucionario que además de electricidad necesita agua para funcionar. Utiliza un sistema de micropartículas de agua que debido a su pequeño tamaño son "secas", las cuales forman una pantalla donde se proyectan las imágenes. Para que la pantalla se mantenga estable, Displair incorpora un sistema doble de flujo de aire que consigue conformar la superficie en la cual se proyectan las imágenes.
Incorpora un sistema de reconocimiento que puede identificar diferentes gestos de nuestras manos, esto significa que podemos manipular fácilmente objetos proyectados en el aire. Además mediante un potente software, el dispositivo cuenta con la capacidad de detectar cualquier punto táctil en la imagen proyectada, incluso siendo varios puntos a a la vez.
Con este dispositivo podremos sentir literalmente las imágenes proyectadas, además de interactuar con ellas haciendo zoom o girándolas, etc. Todo sin que la imagen ni los objetos pierdan su consistencia incluso aunque atravesemos la pantalla, esto es debido a que la pantalla de agua es totalmente permeable.
Displair pesa 30 kg. La visión es frontal y monodireccional, y el tamaño de la pantalla que se genera tiene una diagonal de 30 pulgadas con una resolución de 400x600 puntos. Además hay que tener en cuenta que consume 1,5 litros de agua a la hora.
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